La deportividad es una cualidad del
carácter. No está solo en una
competición. Con solo esto no nos distinguiríamos de los animales. ¿Por qué?,
porque somos animales racionales y la deportividad es un signo de esta
racionalidad. Implica esfuerzo, constancia, tenacidad, paciencia, etc. y también
deseo de ganar si hay competición. Si no la hay queda el deseo de ganarse a sí
mismo. “Vivir para luchar” además de “luchar
para vivir”.
Así pues, la deportividad es una
cualidad que se manifiesta en la práctica deportiva pero también en otras
facetas de la vida, de forma que es como una actitud que nos ayuda a tener
paciencia y afrontar los obstáculos con espíritu deportivo y siempre que sea
posible con buen humor. Deportividad y alegría para afrontar todo aquello que
nos es contrario o menos agradable, lo que se opone a nuestros planes o produce
pesar o dolor. Precisamente en los obstáculos se encuentra la ocasión de
hacernos más fuertes y competitivos como el caso del deporte.
No todos los deportes son igualmente
adecuados para una buena educación aunque sí en todos ellos se puede expresar
la más o menos deportividad de los componentes o de los equipos. Escogería para
la formación del carácter el montañismo en todas sus vertientes: senderismo,
trekking,… Discutible aquellas expediciones sumamente arriesgadas o los trail. El libro de Araceli Segarra, me
puso los pelos de punta. También me coge un escalofrío al ver los itinerarios
de los trail. Me cuesta entenderlo.
El otro deporte que yo recomiendo es el
ciclismo. Por falta de espíritu deportivo, a nosotros nos llega el montañismo a
través de los accidentes de montaña. Y del ciclismo (aparte del Tour y poco
más) el dopping. En fin que se ha
confundido el deporte con el mercadeo de jugadores de fútbol y poca cosa más.
Josep Cartañà Pons.
Josep Cartañà Pons.